Época: Arte Español Medieval
Inicio: Año 1200
Fin: Año 1400

Antecedente:
La catedral gótica de Santa María de Regla

(C) Manuel Valdés



Comentario

Leon, junto con Burgos y Toledo, se configura como uno de los focos fundamentales de la escultura gótica del siglo XIII hispano. Los escultores castellanos, formados en talleres de maestros franceses, crearon modelos paradigmáticos de la escultura monumental que alcanzarían durante el último tercio del siglo uno de los momentos más brillantes del arte español.
El análisis pormenorizado de las tres portadas de la catedral de León permite rastrear la presencia de tres talleres, durante el tercer cuarto del siglo XIII, y un cuarto ya en la transición al XIV.

En el de Santa María de Regla, cuya resolución arquitectónica, atribuida al maestro Enrique, se relaciona con la catedral de Chartres, se resolvió la portada con la apertura de tres vanos, separados por dos arcos lancetados. El programa iconográfico de la puerta central está dedicado al Juicio Final; preside la composición Cristo en majestad, con los estigmas y símbolos de la Pasión sostenidos por ángeles; en los extremos, flanquean la composición la Virgen y San Juan. En el dintel se esculpió el tema de la psicostasis que tiene como protagonista a San Miguel, situado en el centro, mientras que a su derecha están los elegidos y a la izquierda los condenados; los temas que continuarán por las arquivoltas se inspiran en los conceptos iconográficos vertidos en las grandes catedrales francesas en torno a 1230, interpretados con frialdad en Reims y de forma más expresiva en la portada sur de Chartres, en París y Amiens. Los maestros que intervinieron en esta puerta estaban formados ante modelos franceses, que Angela Franco vincula con la región de Isla de Francia, y burgaleses relacionados con el maestro de la puerta de Coronería.

En la portada occidental de la sede leonesa se puede constatar la intervención de dos talleres; uno del Maestro de la Virgen Blanca, autor de la Virgen Blanca, incorporada monumentalmente al parteluz (la figura original se conserva en una capilla de la girola), de la Virgen y San Juan del tímpano, y del ángel de la columna.

A este mismo maestro se puede atribuir la Puerta de San Juan correspondiente a la nave del Evangelio. Es una obra dedicada al ciclo de la infancia de Cristo, de fuerte carácter narrativo, resuelta por encadenamiento de secuencias, fórmula expresiva típicamente gótica, e inspirada directamente en el Apócrifo de la Natividad del Señor; en las arquivoltas aparecen los reyes músicos y distintos temas neotestamentarios.

El segundo taller corresponde al Maestro del Cristo del Juicio Final, quien esculpiría además el ángel que porta la cruz y el dintel con la psicostasis; su estilo se percibe igualmente en el sepulcro del deán Martín Fernández (en el claustro de la catedral), y en el deteriorado tímpano dedicado al traslado de las reliquias de San Froilán desde Moreruela, situado en la fachada Sur.

La portada de San Francisco, correspondiente a la nave de la Epístola, está dedicada a las Exequias y Coronación de la Virgen, temas que se distribuyen en tres registros horizontales. El desconocido tercer maestro, denominado por Angela Franco Maestro de las Jambas (de la portada Sur), talló sobre el dintel las exequias de la Virgen, con los Apóstoles que introducen su cuerpo en el féretro y rodean la escena; en el registro central la Virgen y Dios Padre están flanqueados por ángeles turiferarios y en el superior los ángeles la coronan. La composición, con matices distintos en la distribución, remite de nuevo a la portada de la fachada Oeste de Notre Dame de París, si bien el estilo del autor manifiesta la influencia de Amiens.

A la presencia de un cuarto taller, Angela Franco le denomina del Maestro de los Apóstoles (puerta del Juicio Final), y se detecta en la portada de la Revelación, en la fachada Sur. La iconografía, la composición general e incluso algunos detalles formales que no se encuentran en el resto de las portadas, hacen referencia explícita a la puerta del Sarmental de la catedral de Burgos. La composición se desarrolla en torno a Cristo en majestad que en actitud de bendecir, con el Libro en la mano, revela los textos sagrados a los Evangelistas, rodeado en las arquivoltas por los ángeles y los ancianos del Apocalipsis y por los Apóstoles tallados sobre el dintel.

El parteluz está ocupado por la figura de San Froilán, obispo de León entre el año 900 y 905, cuyas reliquias fueron enterradas en la primera sede catedralicia leonesa por Ordoño II; tras las campañas de Almanzor fueron trasladadas para su protección al monasterio de San Juan Bautista, en las montañas del Valdecésar y, posteriormente, al monasterio de Moreruela. Durante el episcopado de Manrique de Lara se realizó de nuevo el traslado de sus reliquias a León con grandísima pompa y aparato, tema que se representa en el tímpano de la portada colateral en la fachada Sur. En su realización trabajaron el Maestro del Juicio Final en el tímpano y el Maestro de las Jambas en las arquivoltas. La portada Norte, en la actualidad envuelta por la construcción del claustro, es una obra más tardía que posiblemente se compuso durante los primeros años del siglo XIV. El tema central del tímpano está dedicado a la figura de Cristo en mandorla sostenida por ángeles, rodeados por el tetramorfos. Otros temas secundarios, pero de gran interés para la historia de la escultura gótica española, son la Anunciación de las jambas y la Virgen del Dado en el parteluz. En la elaboración de la portada intervinieron varias manos, lo que define un conjunto estilísticamente muy difuso, en el que sobresale el denominado Maestro de la Anunciación, muy relacionado con los talleres burgaleses. En 1506 León Picardo realizó la policromía que aún conserva la portada.